domingo, 24 de septiembre de 2017

libro: Hijos del hielo

Con la entrada de hoy se pone punto y final, por ahora, a la colección pequeño formato de la editorial Cazador de ratas. También hoy se reseña por primera vez a un autor al que hace tiempo tenía ganas de leer. Y ya estoy deseando leer más trabajos suyos, puesto que esta primera lectura me ha dejado muy buen sabor de boca. Una novela en el que la carga dramática tiene un peso bastante importante, y donde el elemento sobrenatural hace acto de aparición en las páginas finales y en el que el frío es un personaje bastante destacado y tiene un papel de vital importancia.


Escrito por David Jasso la novela nos cuenta como a principios del Siglo XX en Fuendetodos, población que vio nacer a Goya, viven Rosa y Eliseo, dueño de una fábrica de hielo en crisis. Manuel, uno de sus empleados, acaba de perder a su esposa dejándole con dos niños a su cargo. El matrimonio al ofrecer su ayuda al reciente viudo comenzarán, sin ellos saberlo, una espiral donde el amor, los celos y la tragedia harán acto de presencia.

Sin duda este libro supone la guinda a esta colección pequeño formato. Una historia dura y trágica con dos partes bien diferenciadas. En la primera, que ocupa la mayor parte del libro, el autor nos presenta a los personajes y poco a poco nos va poniendo en situación. Una vez los conocemos, como si se tratara de un estofado, Jasso pone a cocinar todo y dejar que la trama vaya cogiendo sabor, hasta que llega un momento en que todo rompe a hervir hasta llegar a su conclusión.
Final que supone un punto y seguido, puesto que la trama da un salto en el tiempo en el que conoceremos a una familia que pasa unos días en el lugar donde años ha vivieron Rosa, Eliseo y Manuel.
Es en esta segunda mitad donde el elemento sobrenatural hace acto de presencia. Pero lo hace de forma anecdótica y rindiendo homenaje a la literatura gótica, donde los fantasmas hacían acto de presencia y ligaban su destino al de los nuevos moradores del que fuera su hogar.

Una novela que no resulta de lectura fácil, puesto que en un par de ocasiones nos vamos a encontrar con un par de escenas que nos pondrán los pelos de punta y hará que nos mordamos las uñas por la tensión del momento. Aquí vuelve a quedar demostrado que el peor monstruo es el ser humano, capaz de cometer las mayores atrocidades sin apenas pestañear. Jasso no necesita de sangre o escenas muy violentas para conseguir incomodar al espectador, tan solo le basta con describir de forma muy visual escenas de carácter bastante angustioso.

La primera parte de la obra me recordó a Los santos inocentes, por la descripción que hace el autor de los hombres del campo y de las duras condiciones por las que tenían que pasar para poder ganarse la vida. El retrato que hace Jasso de la vida de Eliseo, Rosa y Manuel me recordó a las situaciones por las que pasaban los protagonistas de la inmortal obra de Delibes. Unos tiempos en los que la pobreza era evidente y el ganarse la vida era muy complicado.
El autor nos describe el duro día a día de los protagonistas y es, en esta normalidad, donde surgen los instantes más terroríficos. Y basta un pequeño incidente para que todo salte por los aires, y todo aquello que los personajes se estaban guardando explote.

El frío, tal y como he dicho unas líneas atrás, es otro de los grandes protagonistas dentro del libro. No solo en su forma física en forma de hielo, sino también en forma de nieve, viento y sobre todo en los sentimientos. El frío que sienten los protagonistas no es el típico que se pueda curar con líquidos calientes o fuego. La apatía que está instalada en su interior ha de salir en algún momento, y es el amor el que hace saltar todo. Pese a tratarse de un sentimiento cálido, en esta ocasión derrite todo y hace que los acontecimientos se acaben precipitando.

Una gran novela a pesar de su pequeño formato,  y la prueba de que los pequeños libros tienen mucho que decir. Si las futuras publicaciones, ya sea en esta editorial o alguna otra, mantienen el nivel mostrado por esta editorial, nos esperan nos pocas alegrías en un futuro cercano.

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